Sin la optimización de sinergias no hay vida y menos en el mundo hospitalario.
Esto, por muchos factores, está claro. Pero, ¿dónde encontrar estas sinergias?
Cargado de valentía me voy a animar a vislumbraros una.
No hay duda de que el sector textil es uno de los pesos pesados en la economía nacional y en concreto, en todo lo relacionado con la moda donde somos líderes a nivel internacional. En él destacan un gran número de empresas españolas de diferentes tamaños y estrategias empresariales de lo más diverso que arropan al mundo de la costura.
Porque no todo se centra en la vestimenta que se muestra en un desfile, sino que hay un entorno mercantil alrededor suyo que es digno de analizar desde el punto de vista económico. Y me estoy refiriendo a los fabricantes de telas y de hilos, a los transportistas de prendas y stands, a los expertos en el montaje de pasarelas, a los constructores especializados en tiendas, y otro elevado número de empresas especialistas colaterales que conviven en ese entorno maravilloso que envuelve la venta pura de una prenda de vestir.
Y en esto, repito, España está en el top ten a nivel mundial. Impresionante, desde luego. Pues bien, en el sector sanitario yo creo que existe un mundo espejo al de la moda textil que se debería estudiar con cuidado y por deriva, debería suponer un mercado en el que también deberíamos ser líderes. Lo argumento.
En el mundo hospitalario hay dos factores que lo definen muy bien; el primero, es muy intensivo en mano de obra que necesita vestir con prendas regladas y que le dulcifiquen su día a día; y el segundo, que en sus cuentas de explotación hay tres partidas muy relacionadas con la costura: la ropa reutilizable (vestimenta y hostelería), vestuario desechable estéril y no estéril, y la sutura quirúrgica tanto de hilo como mecánica.
Obviando la sutura y centrándonos en el análisis de los otros productos: llama la atención que a pesar de que el gasto tiene unas cifras de consumo elevadas, la existencia de fabricantes españoles es muy reducida. Y es aquí donde pongo el punto de mira empresarial por la sinergia que considero que tenemos al ser líderes en el diseño y fabricación en el gran consumo.
Además, hay un dato demoledor: llevamos dos años convulsos en todo lo relativo a la adquisición a nivel europeo de este tipo de productos. Dos años y lo que nos queda por la deriva que está tomando la guerra de Ucrania, los precios de los carburantes, los líos de las navieras con los contenedores y la estabilidad política, en los que la compra y control de uso de estos artículos está adquiriendo niveles de complejidad elevados. ¿No creen que hay variables suficientes para incentivar la creación de estos negocios en Europa y sobre todo, en España con la tradición textil que tenemos?
Por supuesto que la fabricación, procesado y comercialización para el uso sanitario tienen una connotaciones técnicas peculiares, pero no creo que tan complejas ni difíciles de cumplir dado que conocemos muy bien el mercado de gran consumo. Estoy convencido de que no sería tan complejo conseguir el cumplimiento de las normativas sanitarias correspondientes.
Somos creativos, disponemos de una gran cartera de diseñadores y un buen número de escuelas de costura de ropa con gente que realiza cosas maravillosas con las camisas, pantalones, batas, kimonos, y otras prendas con las que alegramos las pasarelas y las calles de nuestras ciudades. ¿Y no creen que los pasillos de nuestros hospitales no se merecen la misma oportunidad? Yo creo que sí, es más, creo que estamos en deuda con ellos, ya está bien de tanta iluminación forzada con luces tristes.
Sé que es una locura o mejor, una pequeña paranoia el imaginar un anuncio televisivo o mejor, un cierre de telediario con una pasarela mostrando las nuevas tendencias en casacas, gorros, zuecos y batas sanitarias; y no digamos de esas mismas prendas en desechable. Porque seamos realistas, las actuales son tristes, muy simples y da muchas veces risa lastimera verlas puestas.
Si tuviera una barita mágica, por supuesto que me gustaría hacer esta prueba: un concurso bien dotado en premios para la sábana de uso hospitalario con el mejor diseño, impecable técnicamente y que más emociones positivas sea capaz de transmitir.
Los cambios muchas veces germinan desde la fantasía o la locura y creo que al sector sanitario, muy necesitado de grandes estudios, ayudas y reformas, le vendría muy bien quitarle los problemas logísticos y de costes que le está acarreando en la actualidad los problemas de suministros descritos, con una fabricación más cercana y con unos diseños, que cuando menos, rompieran el hilo tradicional actual y despertaran una respiración de satisfacción a quien las tiene que vestir para prestar asistencia sanitaria y una mirada dulce en aquellos que por desgracia, tienen que ser cuidados en un hospital.
Dicho queda: aquí hay negocio, espacio para la creatividad y margen para la sonrisa.